En la mayoría de las poblaciones de Castellón los creyentes cátaros se integraron en armonía formando parte de la nueva población, junto a mozárabes, sefarditas o cristianos viejos para participar del crecimiento y prosperidad del Reino de Valencia. La nueva Jerusalén”. Fue el propósito del último Perfecto cátaro Guillem Belibaste, quién se afincó discretamente en Morella y recorrió muchas de las poblaciones del norte de Castellón con su amigo pastor Pere Mauri, con el objetivo de crear un nuevo destino de libertad, convivencia, paz y amor (hacer el bien si preguntarse el porqué).